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miércoles, 5 de diciembre de 2012

Manual para escuela de servicio social y trabajadores sociales profesionales. NACIONES UNIDAS. Parte 1|


Manual
para escuelas de servicio social y
trabajadores sociales profesionales

NACIONES UNIDAS

E.94-15163 (S)

NOTA

Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no implican, de parte de la Secretaría de las Naciones Unidas, juicio alguno sobre la condición jurídica de países, territorios, ciudades o zonas, o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites.

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El material contenido en esta serie puede citarse o reproducirse libremente, a condición de que se mencione su procedencia y se envíe un ejemplar de la publicación que contenga el material reproducido a las Naciones Unidas, Centro de Derechos Humanos, 1211 Ginebra 10, Suiza.

PREFACIO

Durante muchos años el Centro de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha participado en la promoción y la protección de los derechos humanos mediante la elaboración de programas de capacitación e información. Esos programas se destinan específicamente a los grupos que están en condiciones de influir en la situación de los derechos humanos en el ámbito nacional: parlamentarios, legisladores, jueces, abogados, fiscales, policías, funcionarios de prisiones y militares, profesores, personas que trabajan en los medios de información y miembros de organizaciones no gubernamentales. La reciente ampliación de esos programas ha llevado al Centro a extender su acción a otras profesiones decisivas, como la salud y el trabajo social.

Los programas de formación del Centro en materia de derechos humanos están dirigidos por expertos de reconocida competencia, tanto teórica como práctica, en cada esfera pertinente. En la medida de lo posible se adopta un método colegiado, que permite a los participantes recibir instrucción y orientación de miembros de su propia profesión. Se hace hincapié en métodos de enseñanza creativos e interactivos, que son los más idóneos para la participación activa y comprometida de los participantes en los programas.

Como parte de sus esfuerzos para adaptar los cursos a cada sector, el Centro está elaborando una serie de manuales de formación para uso de los instructores y los participantes. Cada manual contendrá las normas internacionales de derechos humanos pertinentes para loa alumnos de que se trate, así como consejos detallados sobre las técnicas pedagógicas adecuadas para comunicar esa información. Se espera que, además de servir para intensificar los esfuerzos del Centro en materia de formación, los manuales constituyan un recurso valioso para las organizaciones y las personas que participan en la enseñanza de los derechos humanos en todos los niveles.

El Manual para escuelas de servicio social y trabajadores sociales profesionales, publicado por primera vez en 1992, es el primero de esta ambiciosa serie y lo ha preparado el Centro de Derechos Humanos en colaboración con dos organizaciones no gubernamentales, la Federación Internacional de Trabajadores Sociales y la Asociación Internacional de Escuelas de Servicio Social. El Manual tiene por finalidad específica contribuir a que este importante grupo profesional conozca y comprenda los derechos humanos y los mecanismos internacionales que se han elaborado para protegerlos.

Es evidente que queda mucho por hacer para informar a todo el mundo acerca de los derechos humanos fundamentales que deben respetar en los demás y a los que cada uno tiene derecho. Se trata de una tarea enorme que exigirá un esfuerzo y una consagración generales. El Manual para escuelas de servicio social y trabajadores sociales profesionales constituye un paso importante en este esfuerzo decisivo.

Ibrahima Fall

Subsecretario General de Derechos Humanos

Director del Centro de Derechos Humanos

EXPRESIONES DE RECONOCIMIENTO

Han colaborado en la redacción del presente documento:

Bamford, Terry

Comisión de Derechos Humanos de la Federación Internacional de Trabajadores Sociales

Dolan, Paul

Federación Internacional de Trabajadores Sociales

Envall, Elis

Comisión de Derechos Humanos de la Federación Internacional de Trabajadores Sociales

Gilchrist-James, Gayle

Federación Internacional de Trabajadores Sociales

Hall, Nigel

Comisión de Derechos Humanos de la Federación Internacional de Trabajadores Sociales/Asociación Internacional de Escuelas de Servicio Social

Jakobsson, Harriet

Asociación Nórdica de Escuelas de Servicio Social

Mehta, Vera D.

Asociación Internacional de Escuelas de Servicio Social

Molina Molina, María Lorena

Asociación Internacional de Escuelas de Servicio Social

Mouravieff Apostol, Ellen

Federación Internacional de Trabajadores Sociales

Serrano Balais, Evelyne

Comisión de Derechos Humanos de la Federación Internacional de Trabajadores Sociales

Van Soest, Dorothy

Federación Internacional de Trabajadores Sociales/Asociación Internacional de Escuelas de Servicio Social

El Grupo contó con la asistencia de funcionarios de la Subdivisión de Servicios de Asesoramiento, Asistencia Técnica e Información del Centro de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y de la División de los Derechos Humanos y la Paz de la UNESCO.

INDICE

PREFACIO 3

EXPRESIONES DE RECONOCIMIENTO 4

SIGLAS 14

Parte I

TRABAJO SOCIAL Y DERECHOS HUMANOS 15

I. EXPOSICION DE MOTIVOS 15
A. Finalidad del Manual 15
B. Usos del Manual 15
C. ¿Qué derechos son derechos humanos? 17
D. ¿Qué es el trabajo social? 18
E. El trabajo social y los derechos humanos 20
F. Contexto 21

II. EVOLUCION HISTORICA Y VALORES FILOSOFICOS 23

A. Evolución conceptual de los derechos humanos 23
B. Valores filosóficos 24

1. La vida 25

2. La libertad en sus diversos aspectos 25

3. La igualdad y la no discriminación 26

4. La justicia 27

5. La solidaridad 27

6. La responsabilidad social 28

7. Evolución, paz y no violencia 28

8. Relaciones entre la humanidad y la naturaleza 29

Parte II

INSTRUMENTOS BASICOS DE DERECHOS HUMANOS 30

I. INTRODUCCION 30

II. ESTABLECIMIENTO DE NORMAS POR LAS NACIONES UNIDAS:

DECLARACIONES Y CONVENCIONES 30

III. INSTRUMENTOS BASICOS SOBRE DERECHOS HUMANOS 31

A. Instrumentos que brindan protección general 31

1. Carta de las Naciones Unidas (1945) 31

2. Declaración Universal de Derechos Humanos (1948) 31

3. Los Pactos Internacionales de Derechos Humanos (1966) 31

B. Instrumentos que brindan una protección especial 33

1. Convención Internacional sobre la Eliminación de

todas las Formas de Discriminación Racial (1965) 33

2. Convención sobre la eliminación de todas las formas

de discriminación contra la mujer (1979) 33

3. Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas

Crueles, Inhumanos o Degradantes (1984) 34

4. Convención sobre los Derechos del Niño (1989) 35

5. Convención internacional sobre la protección de los

derechos de todos los trabajadores migratorios y de

sus familiares (1990) 36

C. Normas relativas a la detención y el tratamiento de los

delincuentes 36

1. Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos 36

2. Principios de ética médica (1982) 36

3. Reglas mínimas de las Naciones Unidas para la

administración de la justicia de menores (1985) 37

D. Organismos especializados 37

1. Organización Internacional del Trabajo 37

2. Organización de las Naciones Unidas para la Educación,

la Ciencia y la Cultura 38

3. Organización Mundial de la Salud 39

E. Organos de las Naciones Unidas 39

1. Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados 39

2. Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia 41

3. Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente 41

F. Organos de las Naciones Unidas que se ocupan de los derechos humanos 42

1. Asamblea General y órganos subsidiarios 42

2. Consejo Económico y Social y órganos subsidiarios 42

a) Comisión de Derechos Humanos 42

b) Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección a las Minorías 43

c) Comisión de la condición jurídica y social de la mujer 44

3. Centro de Derechos Humanos 45

G. Mecanismos de aplicación 45

1. Comité de Derechos Humanos 45

2. Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales 45

3. Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial 45

4. Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer 45

5. Comité contra la Tortura 46

6. Comité de los Derechos del Niño 46

H. Instrumentos regionales de derechos humanos 47

1. Africa 47

a) Carta de la Organización de la Unidad Africana (1963) 47

b) Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (1981) 47

c) Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos 47

2. Las Américas 48

a) Carta de la Organización de los Estados Americanos -Declaración Americana de los

Derechos y Deberes del Hombre (1948) 48

b) Convención Americana sobre Derechos Humanos (1969) 48

c) Organos de supervisión 48

i) Comisión Interamericana de Derechos Humanos 48

ii) Corte Interamericana de Derechos Humanos 49

3. Europa 49

a) Convenio Europeo de Derechos Humanos (1950) 49

b) Carta Social Europea (1961) 49

c) Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa 49

d) Tribunal Europeo de Derechos Humanos 50

I. Otros instrumentos de derechos humanos 50

1. Declaración sobre el Derecho al Desarrollo (1986) 50

2. Declaración sobre la eliminación de todas las formas de intolerancia religiosa (1981) 50

3. Declaración sobre la protección de la mujer y el niño en estados de emergencia o de conflicto

armado (1974) 50

4. Declaración de los Derechos del Retrasado Mental (1971) 51

J. Instrumentos jurídicos no promulgados por las Naciones Unidas 51

K. Instrumentos en preparación 51

Parte III

ASUNTOS PRACTICOS 52

I. INTRODUCCION 52

II. PROBLEMAS: DETERMINACION Y RESPUESTA 52

A. Determinación de los problemas 52

B. Respuesta a los problemas 52

III. EJEMPLOS DE UTILIZACION DEL MARCO CONCEPTUAL 53

A. Ejemplos de dicotomía conceptual 53

B. Preguntas para su debate por los alumnos 53

IV. TEMAS 53

A. Temas genéricos 54

1. Pobreza 54

2. Discriminación sexual 56

3. Racismo 57

4. Religión 59

5. Medio ambiente y desarrollo 61

B. Grupos vulnerables 63

1. Niños 63

2. Mujeres 65

3. Personas de edad avanzada 67

4. Personas discapacitadas 69

5. Reclusos, incluidas las personas confinadas 71

6. Refugiados 73

7. Migrantes 75

V. ALGUNOS DE LOS DILEMAS CON QUE TROPIEZAN LOS TRABAJADORES

SOCIALES 76

A. Introducción 76

B. Preguntas 77

C. Conclusión 79

VI. CUESTIONES QUE SE PLANTEAN EN LA ENSEÑANZA Y EL

APRENDIZAJE DE LOS DERECHOS HUMANOS 79

A. Reconocimiento de las cuestiones de derechos humanos 80

B. Análisis 80

C. Respuesta a las cuestiones de derechos humanos 80

1. Reconocimiento 80

2. Fijación de prioridades 81

D. Grupos de referencia para el trabajador social 81

E. Evaluación 82

F. Medidas de seguimiento 82

G. Reconocimiento de las consecuencias de las actividades en materia de derechos humanos 83

H. Mantenimiento del perfil de las actividades en pro de los derechos humanos en el trabajo social 84

I. Labor sobre el terreno 85

J. Investigación 86

K. Actividades dentro de estrategias de intervención para los desfavorecidos en materia de derechos humanos 87

VII. VIÑETAS DE CASOS 87

A. Caso Nº 1. La historia de Simba 88

B. Caso Nº 2. La historia de Hasán 88

C. Caso Nº 3. El caso de la Sra. D. 89

D. Caso Nº 4. Una huelga 90

E. Caso Nº 5. La historia de Gemma 90

F. Caso Nº 6. Cómo tratar la "defectología" 91

G. Caso Nº 7. La historia de Ganga 91

H. Caso Nº 8. La historia de la familia "X" 92

CONCLUSION 92

Anexos

I. Federación Internacional de Trabajadores Sociales 95

II. Asociación Internacional de Escuelas de Servicio Social 97

III. Declaración Universal de Derechos Humanos 99

IV. Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y

Culturales 106

V. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos 117

BIBLIOGRAFIA SELECTA 141

SIGLAS

ACNUR Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados

AIESS Asociación Internacional de Escuelas de Servicio Social

Banco Mundial Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento

CSCE Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa

OEA Organización de los Estados Americanos

OIT Organización Internacional del Trabajo

OMS Organización Mundial de la Salud

OUA Organización de la Unidad Africana

PNUMA Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente

UNESCO Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura

UNICEF Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia

Parte I

TRABAJO SOCIAL Y DERECHOS HUMANOS

I. EXPOSICION DE MOTIVOS

A. Finalidad del Manual

1. El presente Manual tiene por finalidad que los estudiantes de servicio social, el personal docente y los trabajadores sociales en ejercicio conozcan y comprendan las cuestiones de derechos humanos, y la preocupación por la justicia social. En todo el Manual la expresión "derechos humanos" se utiliza para manifestar la idea de la totalidad de los derechos reconocidos por las Naciones Unidas.

2. La Federación Internacional de Trabajadores Sociales y la Asociación Internacional de Escuelas de Servicio Social (AIESS) consideran imperativo que las personas que participan en la enseñanza y la práctica del servicio social se comprometan claramente y sin reservas con la promoción y la protección de los derechos humanos y con la satisfacción de las aspiraciones sociales fundamentales. Por ello, el Manual se ha concebido de forma que contenga un material y una información amplios, y sea útil como obra de consulta y para la enseñanza. También debe ayudar a los trabajadores sociales profesionales a familiarizarse con los instrumentos vigentes de derechos humanos, tanto internacionales como regionales.

3. Aunque cabría decir que "desde sus comienzos el servicio social ha sido una profesión de derechos humanos, al tener como principio fundamental el valor intrínseco de todo ser humano y como uno de sus objetivos principales el fomento de estructuras sociales equitativas capaces de ofrecer a las personas seguridad y desarrollo manteniendo su dignidad" /, la Federación Internacional de Trabajadores Sociales y la Asociación Internacional de Escuelas de Servicio Social creen que un mayor conocimiento y una mayor comprensión de los derechos humanos mejorarán la actuación y las intervenciones de los trabajadores sociales profesionales en beneficio de quienes necesitan sus servicios.

4. Los trabajadores sociales actúan con sus clientes en diversos niveles: el micronivel del individuo y la familia; el mediano nivel de la comunidad; y el macronivel de la sociedad, tanto nacional como internacional. Los trabajadores sociales deben manifestar su preocupación por los derechos humanos a todos los niveles y en todo momento. La finalidad de este Manual es ofrecer esa perspectiva.

B. Usos del Manual

5. El material que contiene el Manual resulta apropiado para todos los niveles de enseñanza de trabajo social profesional, incluida la educación permanente de quienes se dedican a él. Por consiguiente, el público al que se destina el Manual es muy diverso: profesores, estudiantes y trabajadores

sociales en ejercicio. Sin embargo, el contenido del Manual, naturalmente, puede adaptarse según convenga para la educación de otros profesionales y voluntarios de los servicios humanos.

6. El material puede utilizarse de múltiples formas. Se podría introducir en las escuelas de servicio social un curso facultativo u obligatorio de derechos humanos en el que se utilice el Manual como guía para los profesores y texto para los estudiantes. El material se podría adaptar también a un curso práctico o un seminario, o a un cursillo de educación permanente. Otro método de utilizar el material podría ser introducir parte del contenido de derechos humanos en cursos ya existentes, en el marco de los cursos fundamentales obligatorios de las escuelas de servicio social. Esto supondría encontrar formas de integrar la enseñanza de los derechos humanos con cuestiones prácticas, tanto dentro de las microfunciones del servicio social (práctica directa) como de las macrofunciones (por ejemplo, defensa de políticas, investigación, acción social, concienciación). El sentido de este método es enriquecer el contenido de los programas de estudios mediante la adición de conceptos y cometidos específicos de derechos humanos. Al incorporar elementos de derechos humanos en los cursos de servicio social se alentará a los profesores y los estudiantes a examinar el mundo y su función en él a través del prisma de la justicia social.

7. Se alienta decididamente a las escuelas de servicio social a encontrar formas creativas de incorporar el estudio de los derechos humanos en sus programas. Algunas escuelas podrán ofrecer un curso facultativo separado, otras exigir a sus alumnos que sigan un curso de derechos humanos y otras introducir el estudio de los derechos humanos en todos sus cursos fundamentales obligatorios. Esos métodos no tienen por qué excluirse mutuamente, ya que cada uno de ellos tiene ventajas y desventajas. Un curso especial sobre derechos humanos ofrecerá la posibilidad de estudiar a fondo las cuestiones de derechos humanos en su relación con el trabajo social. Ahora bien, si el curso es facultativo, sólo se llegará a los alumnos seleccionados para seguirlo. La introducción del estudio de los derechos humanos en todos los cursos fundamentales tiene la ventaja de que permite llegar a todos los estudiantes, lo mismo que ocurre con cualquier curso obligatorio; además, así se demostrará la interconexión de los derechos humanos con todas las formas y situaciones de la práctica del trabajo social en su miríada de manifestaciones. La incorporación de los derechos humanos en programas saturados supone muchos desafíos. Será preciso aumentar la dedicación y los conocimientos de los profesores.

8. Sea cual fuere la forma en que se utilice el material del programa de estudios de derechos humanos, es esencial que los principios, la enseñanza y la estructura del proceso educativo, así como su contenido, reflejen las dimensiones de los derechos humanos y la justicia social. Con respecto al proceso de aprendizaje, hay cuatro grandes esferas que exigen atención. En primer lugar, los principios y la misión de las escuelas, que han de ser explícitos y deben impregnar e inspirar visiblemente el proceso de aprendizaje. En segundo lugar, la estructura de las escuelas, que debe reflejar, por una parte, las preocupaciones en materia de derechos humanos desde el punto de vista de las políticas, los procedimientos y los factores de organización relacionados con el ingreso, el asesoramiento, la clasificación y la evaluación de los estudiantes y, por la otra, las cuestiones que afectan al personal docente, como los métodos de contratación, las evaluaciones y los ascensos. Es imperativo que la estructura institucional rechace el sexismo, el racismo, la opresión religiosa y otras formas de opresión si se aspira a que el programa de estudios tenga una auténtica perspectiva de derechos humanos. La tercera esfera es la de las relaciones entre los estudiantes y el personal docente. Es importante crear un ambiente de apertura en el aula, para desarrollar el sentido de la igualdad entre los estudiantes y entre éstos y el personal docente. Igual de importancia tiene utilizar métodos de enseñanza y aprendizaje que ayuden a los alumnos a capacitarse para trabajar como defensores de la justicia social. En resumen, si se aspira a enseñar derechos humanos, hay que respetar y defender los derechos de los estudiantes. La cuarta esfera de atención tiene que ver con los métodos de trabajo social que se enseñan en las aulas. Si se aspira a crear un compromiso con los derechos humanos, también los métodos de enseñanza del trabajo social deben defender esos derechos.

9. El desafío para la enseñanza del trabajo social aumenta a medida que en los programas de enseñanza se pasa a explicitar el vínculo indivisible entre el trabajo social y los derechos humanos. Los materiales de este Manual para un programa de estudios tienen por objeto aportar recursos para responder con éxito a ese desafío.

C. ¿Qué derechos son derechos humanos?

10. En su publicación de 1987 "Derechos Humanos: Preguntas y respuestas" las Naciones Unidas definen los derechos humanos del siguiente modo:

"Cabría definir, en general, los derechos humanos como los derechos que son inherentes a nuestra naturaleza y sin los cuales no podemos vivir como seres humanos.

Los derechos humanos y libertades fundamentales nos permiten desarrollar y emplear cabalmente nuestras cualidades humanas, nuestra inteligencia, nuestro talento y nuestra conciencia y satisfacer nuestras variadas necesidades, entre ellas las necesidades espirituales. Se basan en una exigencia cada vez mayor de la humanidad de una vida en la cual la dignidad y el valor inherentes de cada ser humano reciban respecto y protección."

11. En la misma publicación se afirma lo siguiente:

"La negación de los derechos humanos y libertades fundamentales no es sólo una tragedia individual y personal, sino que además crea condiciones de intranquilidad social y política, al lanzar semillas de violencia y de conflictos entre las sociedades y las naciones y en el seno de cada una de ellas. Como dice en su mismo comienzo la Declaración Universal de Derechos Humanos, la libertad, la justicia y la paz en el mundo se basan en el respeto de los derechos humanos y de la dignidad humana." /

12. Los derechos humanos son universales e inherentes a todas las personas, sin discriminación. Es preciso defender en todo momento el respeto de los derechos individuales, cualesquiera sean las circunstancias o los sistemas políticos. Los derechos de determinado individuo o grupo en determinada circunstancia deben restringirse únicamente cuando pongan en peligro o menoscaben derechos análogos o comparables de otros.

13. Es importante examinar el concepto generalizado de las tres generaciones de derechos humanos; la primera, denominada de "derechos negativos", se compone de los derechos civiles y políticos proclamados en los artículos 2 a 21 de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Son derechos encaminados a garantizar que no se menoscabe en nada la libertad individual. La segunda generación de derechos humanos comprende los derechos "positivos" (económicos, sociales y culturales) que se hallan en los artículos 22 a 27 de la Declaración, encaminados a garantizar la justicia social, la ausencia de privaciones y la participación en los aspectos económicos, sociales y culturales de la vida. La tercera generación es la de los derechos "colectivos" enunciados en estado embrionario en el artículo 28 de la Declaración, que dice así: "Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos". La evolución desde una posición defensiva contra la opresión hacia la afirmación del derecho a la satisfacción de las necesidades humanas materiales y no materiales y hacia una participación equitativa en la producción y distribución de los recursos es el resultado lógico de una conciencia sociopolítica y un desarrollo económico cada vez mayores, sobre todo, aunque no exclusivamente, en los países industrializados. En los países en desarrollo, las meras proporciones de la indigencia, y posiblemente de la explotación, llevan a una visión colectiva del derecho al desarrollo social y económico que supera el ámbito personal para extenderse a los ámbitos nacional y regional, con un sistema de solidaridad internacional para el desarrollo como objetivo último.

14. En un mundo cada vez más interdependiente, el reconocimiento de la interdependencia de esas tres generaciones de derechos humanos está adquiriendo impulso. Aunque los derechos humanos están consagrados en instrumentos internacionales distintos, se considera que forman un todo. Esta concepción debe completarse con una definición de los deberes humanos que deben observarse al mismo tiempo que los derechos humanos. Es posible que no falte mucho tiempo para que se proclame una carta de deberes humanos que complemente el principio de la indivisibilidad de los derechos humanos, que está cobrando impulso en este final del siglo XX.

D. ¿Qué es el trabajo social?

15. El trabajo social halla sus diversos orígenes en los ideales humanitarios y democráticos. La práctica del trabajo social se ha centrado, desde sus comienzos en la satisfacción de las necesidades humanas y en el desarrollo del potencial y los recursos humanos. "El trabajo social es una profesión dedicada y comprometida a efectuar cambios sociales en la sociedad en general, y en las formas individuales de desarrollo dentro de ella" /.

"Los trabajadores sociales profesionales se consagran a fomentar el bienestar del ser humano y a potenciar su realización, además de desarrollar y aplicar con disciplina tanto los conocimientos científicos relativos a las actividades humano-sociales como los recursos destinados a satisfacer las necesidades y las aspiraciones de individuos y grupos nacionales e internacionales y al logro de la justicia social." /

16. "Los trabajadores sociales se ocupan de planificar, proyectar, calcular, aplicar, evaluar y modificar los servicios y políticas sociales preventivos, para los grupos y comunidades. Actúan en muchos sectores funcionales utilizando diversos enfoques metodológicos, trabajan en un amplio marco de ámbitos organizativos y proporcionan servicios sociales a diversos sectores de la población a nivel microsocial, social intermedio y macrosocial" /. La enseñanza del trabajo social está orientada a promover el desarrollo social y la calidad de la enseñanza, el aprendizaje y el conocimiento en todo el mundo para la práctica del trabajo social, los servicios sociales y las políticas de bienestar social /.

17. El trabajo social se realiza siempre en cinco contextos que, si bien pueden analizarse por separado, forman parte de un todo. Esos contextos son el geográfico, el político, el socioeconómico, el cultural y el espiritual.

a) Contexto geográfico. Toda práctica se efectúa dentro de determinadas fronteras, sean las de un organismo, un país, un Estado o una región.

b) Contexto político. Todo país tiene un sistema político, lo que crea un contexto para la práctica tanto si el sistema es liberal como represivo, socialista, socialdemócrata o capitalista.

c) Contexto socioeconómico. Un nivel de vida, trabajo, salud y servicios y educación suficiente y, si es posible, el acceso a la seguridad social y a los servicios sociales son aspiraciones humanas básicas. La cohesión social de cualquier grupo o nación depende, en gran medida, de una distribución equitativa de los recursos disponibles.

d) Contexto cultural. Se han de respetar los usos, creencias, aspiraciones y cultura de los individuos, familias, grupos, comunidades y naciones, todo ello sin perjuicio de la evolución de determinados usos y creencias. De lo contrario se producirán actos de discriminación destructivos para la sociedad.

e) Contexto espiritual. Ninguna sociedad en la que se practique el trabajo social carece de valores. Es esencial para la práctica humana y el trabajo social que se preste atención al espíritu, los valores, las creencias, la ética y las esperanzas e ideales de aquellos con quienes trabajan los trabajadores sociales y, al mismo tiempo, a los valores de los propios trabajadores sociales.

18. El análisis de esos cinco contextos refuerza la vinculación y la coherencia esenciales de los esfuerzos (grandes o pequeños, mundiales o locales) de los trabajadores sociales, así como la solidaridad y la energía de los que hacen causa común para la promoción de los derechos humanos. El prestar atención a los contextos geográfico, político, socioeconómico, cultural y espiritual imparte una dirección consciente a los esfuerzos y a la práctica del trabajo social y pone de manifiesto sus aspectos relativos a los derechos humanos.

E. El trabajo social y los derechos humanos

19. La forma en que la profesión se centra en las necesidades humanas determina su convicción de que la índole fundamental de esas necesidades exige que se satisfagan, y no por decisión personal, sino como un imperativo de justicia básica. Por ello, el trabajo social avanza hacia la consideración de los derechos humanos como el otro principio de organización de su práctica profesional. La transición de la orientación hacia las necesidades a la afirmación de los derechos se ha hecho imprescindible porque es preciso satisfacer las necesidades sustantivas tangibles. Una necesidad sustantiva puede traducirse en un derecho positivo equivalente y el goce de ese derecho es algo que se espera faciliten el Estado y entidades más allá del Estado.

20. De ello se desprende que la búsqueda y la realización de los derechos y las facultades positivos es inseparable de la satisfacción de las necesidades. Al actuar dentro de sistemas políticos diferentes, los trabajadores sociales sostienen y defienden los derechos de sus clientes individuales o colectivos, a la vez que tratan de satisfacer sus necesidades. Lo hacen a menudo al servicio de organismos oficiales y reconocidos y su posición como mandatarios del Estado, o como empleados de instituciones u organismos poderosos, ha puesto a muchos en situación precaria. La necesidad del profesional de ser un empleado fiel ha tenido que coexistir con su obligación de servir al consumidor de sus servicios. Conforme al código deontológico profesional y con las declaraciones sobre sus funciones de las escuelas de servicio social, el servicio a las personas es la consideración suprema.

21. El trabajo social se ocupa de la protección de las diferencias individuales y entre grupos. A menudo tiene que mediar entre particulares y el Estado u otras autoridades, defender causas determinadas y brindar protección cuando la acción estatal en pro del bien común amenaza los derechos y libertades de personas o grupos determinados (por ejemplo, en casos de separación de niños de sus familias; denegación de asistencia; internamiento en instituciones para personas de edad o discapacitadas; o conflictos de vivienda que dejan a gente sin hogar).

22. Como profesión mediadora, el trabajo social exige tener presentes sus valores y poseer una sólida base de conocimientos, sobre todo en la esfera de los derechos humanos, para orientarse en muchas situaciones profesionales conflictivas. Aunque con su labor los trabajadores sociales pueden reforzar los derechos de sus clientes, los errores de juicio pueden llevarlos a poner en peligro esos derechos. La visión de su trabajo desde una perspectiva global de derechos humanos ayuda a la profesión, al darle un sentido de unidad y solidaridad sin perder de vista las perspectivas, condiciones y necesidades locales que constituyen el marco en el que actúan los trabajadores sociales.

23. Son muchísimos los profesionales, profesores y trabajadores sobre el terreno que tienen conciencia de que sus preocupaciones guardan estrecha relación con el respeto de los derechos humanos. Aceptan la premisa de que los derechos humanos y las libertades fundamentales son indivisibles y de que es imposible la plena realización de los derechos civiles y políticos si no se disfrutan los derechos económicos, sociales y culturales. Creen que el logro de un progreso duradero en la aplicación de los derechos humanos depende de políticas nacionales e internacionales eficaces de desarrollo económico y social. Su conocimiento directo de las condiciones de los sectores vulnerables de la sociedad hace que los profesores y profesionales del trabajo social sean útiles en la formulación de políticas sociales.

24. Los derechos humanos son inseparables de la teoría, los valores, la ética y la práctica del trabajo social. Hay que defender y fomentar los derechos que responden a las necesidades humanas; y esos derechos encarnan la justificación y la motivación de la práctica del trabajo social. Por consiguiente, la defensa de esos derechos debe formar parte integrante del trabajo social, aunque en los países que viven bajo regímenes autoritarios esa defensa puede tener graves consecuencias para los trabajadores sociales profesionales.

F. Contexto

25. Los derechos humanos y el trabajo social tienen que considerarse en el contexto de las condiciones con las que se enfrentan la mayoría de los habitantes de la Tierra a finales del siglo XX. Se estima que, sólo en el último decenio, fue mayor el número de seres humanos que perdieron la vida como consecuencia de privaciones económicas y sociales que el de muertos en la segunda guerra mundial.

26. Innumerables personas han sido asesinadas o torturadas, o han desaparecido, en un mundo sometido a la dominación y la opresión. Los sistemas y estructuras explotadores y opresivos dan lugar a dictaduras y regímenes autoritarios, bajo los cuales millones de personas son víctimas de violaciones de sus derechos humanos como precio de su lucha por la libertad y la supervivencia.

27. Cada año en los países en desarrollo mueren 12,9 millones de niños antes de cumplir los 5 años y, en muchos de esos países, casi la mitad de los adultos son analfabetos / Según cifras reveladas por la Organización Mundial de la Salud, sólo en los países en desarrollo hay más de 1.000 millones de personas sin vivienda adecuada y 100 millones que viven en condiciones que los clasifican como personas sin hogar /. En todo el mundo se estima que hay 17,5 millones de refugiados y más de 25 millones de personas desplazadas en su propio país debido a conflictos internos, hambre u

otros desastres. Cerca del 80% de los refugiados son mujeres y niños y, en algunos países, las mujeres y los niños integran el 90% de los refugiados /.

28. Las mujeres ocupan las primeras filas en las estadísticas de la pobreza y las privaciones. Dos tercios de los analfabetos del mundo son mujeres /. Las tasas de mortalidad materna son altas en casi todos los países en desarrollo: una mujer africana, por ejemplo, tiene una posibilidad entre 20 de morir de parto; una mujer asiática, una posibilidad entre 54; una mujer sudamericana, una probabilidad entre 73. En cambio, una mujer norteamericana tiene una posibilidad entre más de 10.000 /.

29. Si bien desde que terminó la guerra fría se han observado algunas muestras de adelanto, en general la crisis no ha disminuido y en algunas partes del mundo hasta se ha agravado. Casi un tercio del total de la población en los países en desarrollo, 1.300 millones de personas, vive en absoluta pobreza y casi 10.000 millones son analfabetos /. El gasto militar representa alrededor del 15% del producto nacional bruto de los países industrializados y de los países en desarrollo. Sin embargo, mientras que el gasto militar de los países industrializados representa la mitad del gasto global en salud y educación, estas dos cifras son aproximadamente iguales en los países en desarrollo /. En 1993, los países en desarrollo deben dedicar el 20% de sus ingresos de exportación al servicio de la deuda. Cada año, hay que pagar 143.000 millones de dólares de capital e intereses /. Incluso los reembolsos parciales que efectúan los países más pobres ponen en peligro su desarrollo social y económico y causan enormes penalidades a los segmentos menos favorecidos de su población. Según estimaciones del Banco Mundial, la abrumadora carga de la deuda de los países en desarrollo (incluidas las deudas de Europa oriental), que ascendía a 1,3 billones de dólares /, probablemente siga aumentando.

30. Los programas de ayuda bilateral y multilateral sirven para aliviar algunas de las terribles consecuencias de la recesión mundial para los países de bajos ingresos. No obstante, el Banco mundial predice un recorte de la ayuda en términos reales en el decenio de 1990 /. Desde el punto de vista positivo, el Banco señala la evolución de los aspectos que tienen en cuenta los donantes, entre ellos la protección del medio ambiente, una gestión económica eficiente, una reducción del gasto militar y la observancia de los derechos humanos y el imperio de la ley /. Asimismo es un buen augurio que el total de los gastos militares haya disminuido en unos 240.000 millones de dólares desde 1987 y que, según se prevé, para 1998 las industrias de defensa habrán reducido su fuerza de trabajo en un 25% /.

31. Es probable que los datos y las cifras citados sigan siendo válidos varios años. Sin embargo, las actitudes están cambiando. Por último, la esperanza de una mejora reside en los instrumentos de derechos humanos y en su aplicación, así como en una conciencia y una solidaridad internacionales cada vez mayores. Los trabajadores sociales tienen una función que desempeñar reforzando esa solidaridad y haciendo que los principios consagrados en los textos de los instrumentos de derechos humanos se vayan

reflejando gradualmente a los de la realidad, con lo cual se abrirá el camino hacia un mundo en el que se satisfagan las necesidades más urgentes y legítimas de la población.

II. EVOLUCION HISTORICA Y VALORES FILOSOFICOS

A. Evolución conceptual de los derechos humanos

32. Con frecuencia se hace remontar la evolución histórica del concepto actual de los derechos humanos al siglo XVIII que culminó con la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos y la Declaración de Derechos del Hombre francesa. Sin embargo, es importante reconocer que muchos de los elementos esenciales de los derechos humanos se encontraban y aplicaban en las culturas y las sociedades occidentales y no occidentales en la antigüedad. Lo que aportó el siglo XVIII fue una conceptualización de los derechos humanos basada en los derechos individuales a la vida y la libertad. Esa conceptualización surgió de bases y tradiciones heredados de las grandes civilizaciones del pasado.

33. El desarrollo de los derechos humanos ha sido evolutivo. A la preocupación por los derechos civiles y políticos, que fue el acicate inicial para la conceptualización de los derechos humanos en el siglo XVIII, se sumó paulatinamente una exigencia de derechos económicos, sociales y culturales. Hoy día se reconoce cada vez más una tercera generación de derechos, como legítima aspiración universal de la humanidad: los derechos a la paz, el desarrollo y un medio ambiente no contaminado, protegido contra la destrucción.

34. Los derechos económicos, sociales y culturales han progresado con más lentitud que los derechos civiles y políticos. La ampliación de la participación en las estructuras democráticas mediante el sufragio, primero a los miembros de las clases media y trabajadora y después a las mujeres, se consideró la expresión de derechos que hoy se llamarían "civiles y políticos". Las consecuencias de la Revolución Industrial -urbanización, explotación de la mano de obra, especialmente del trabajo infantil, y la enorme pobreza de las clases trabajadoras- fueron las que primero llamaron la atención de los reformadores sociales.

35. Inicialmente, esa respuesta estuvo influida por la filantropía y la caridad individual. Después fue surgiendo un cierto reconocimiento de la responsabilidad colectiva por los males sociales, en forma de pagos de transferencia al evolucionar los sistemas de seguros. Sin embargo, aunque en la evolución legislativa de Europa occidental a fines del siglo XIX pueden verse los primeros indicios de una responsabilidad colectiva, al mismo tiempo esa Europa iba extendiendo su dominación colonial sobre las Indias Occidentales, Asia y Africa. Las repercusiones del colonialismo están bien documentadas. La subordinación de pueblos y países produjo la destrucción de sistemas y estructuras sociales. Se trastornaron las relaciones sociales de las sociedades tradicionales y las Potencias dominantes dejaron de lado los derechos humanos de comunidades enteras.

36. Cuando los activistas sociales reconocieron la insuficiencia de la respuesta individual a un problema colectivo, se desarrolló un concepto organizado de bienestar social. Los trabajadores sociales comenzaron a unirse, compartir ideas y experiencias, desarrollar su profesión y dar una respuesta colectiva a los problemas con que tropezaban. Paralelamente, la primera guerra mundial y sus secuelas centraron la atención mundial en la interdependencia de la humanidad. Había un deseo mutuo de condenar la guerra y de establecer un marco institucional para la cooperación internacional.

37. La creación de la Sociedad de las Naciones y la Organización Internacional del Trabajo, y el nacimiento de organizaciones de asistencia social, como la Conferencia Internacional de Acción Social, el Comité Internacional de Escuelas de Servicio Social y la Secretaría Internacional Permanente de Trabajadores Sociales en el decenio de 1920, fueron pruebas de ese nuevo estilo de colaboración internacional, regional y nacional. Las organizaciones de trabajo social centraron su atención en el reconocimiento de la profesión y de su base de valores en los distintos países. Aunque los derechos humanos apuntalaron la base de valores del trabajo social y encontraron cada vez más su expresión oficial en códigos deontológicos aprobados por las asociaciones profesionales nacionales, no existía un sistema de enseñanza oficial de las cuestiones de derechos humanos.

38. Irónicamente, fue otro conflicto mundial -la segunda guerra mundial- lo que sirvió de estímulo para la gran etapa siguiente de adelanto de los derechos humanos. La segunda guerra mundial llevó a los países de todo el mundo a adoptar un nuevo marco de cooperación internacional. Se reconoció que las normas de conducta internacional tenían que expresarse como derechos. La Declaración Universal de Derechos Humanos viene apoyando el progreso y el desarrollo desde 1948. Por último, el nacionalismo extremado del siglo XIX cedió el paso a una conciencia más universal, gracias a la cual, la comunidad internacional no se quedaría impávida cuando los derechos humanos se vieran amenazados en cualquier país.

39. Esos nuevos marcos para la cooperación internacional también tuvieron repercusiones, nacional e internacionalmente, en las organizaciones de trabajo social. Comenzó a surgir una solidaridad mundial en la concepción de la profesión. Las organizaciones de trabajo social crecieron en número, ámbito y distribución geográfica en el mundo. Lentamente, empezaron a reconocer la importancia de integrar la enseñanza de los derechos humanos en la capacitación para el trabajo social y ese reconocimiento lleva a la preparación de este Manual.

B. Valores filosóficos

40. Los valores señalados en esta sección del Manual, aunque más bien a título de ejemplos exhaustivos que de lista, son clave para la función de los trabajadores sociales y de las escuelas de servicio social al insistir en la enseñanza de los valores en todos los niveles de la sociedad y en la capacitación de profesionales. Esos valores apuntalan también la dimensión de derechos humanos de la capacitación de trabajadores sociales y de otras personas. Muchos de los problemas con que tropiezan los trabajadores sociales a micronivel, nivel intermedio y macronivel, en diferentes esferas proceden de una crisis de valores fundamental. Hay que reforzar las explicaciones psicosociales o económicas de esos problemas mediante la comprensión de una dimensión diferente y más profunda y el conocimiento de la relación existente entre las estructuras y los procesos psíquicos, socioeconómicos y de valores.

1. La vida

41. El valor de la vida es un requisito sine qua non de todo el trabajo relacionado con los derechos humanos. La valía de la vida, de la existencia humana y no humana, es la fuente de todos los demás ideales y valores. Ello no implica sólo oponerse a la negación de la vida, sino también aspectos positivos y afirmativos. Siempre que sea posible, la profesión no sólo tiene que oponerse a las violaciones de los derechos humanos, sino apoyar activamente todas las actividades que fomentan y sustentan la vida. Es la forma de que la existencia humana alcance su plenitud. La vida está intrínsecamente intervinculada y es interdependiente en todas sus partes y sus formas, humanas y no humanas. El trastorno de cualquiera de sus aspectos afecta a la trama social o los vínculos de la vida, con lo cual atenta contra la humanidad. El valor de la vida implica que el sufrimiento y la muerte no son sólo fenómenos individuales, sino que afectan a los demás, lo mismo que la alegría, la felicidad y la existencia misma.

42. La salud física es un aspecto importante del valor y la calidad de la vida. El deterioro del medio ambiente, la crisis del agua, comprendida la contaminación, y la inexistencia o la reducción de los programas de salud son algunos de los principales factores que atentan contra la vida.

43. En muchos países, los trabajadores sociales tienen que trabajar con clientes afectados por esos factores. También se enfrentan con graves dilemas en relación con cuestiones como la contracepción, el aborto, o la forma en que sus clientes afrontan una enfermedad mortal. El valor y la calidad de la vida estarán entre las consideraciones que pueden ayudarlos en sus actividades de asesoramiento y ayuda.

2. La libertad en sus diversos aspectos

44. El principio de que "todos los seres humanos nacen libres" se recoge en los dos primeros artículos de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Las libertades fundamentales se establecen en los 19 artículos siguientes -el derecho a la libertad; a no estar sometido a esclavitud ni a servidumbre; a no ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes; a no poder ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado; a no ser objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, y el derecho a circular libremente y a elegir la residencia.

45. El haber nacido libre y tener derecho a la libertad presupone que cada ser humano es libre de elegir su forma de vida. No obstante, a menudo obstáculos materiales y de otra índole limitan el disfrute de esa libertad. La libertad queda restringida asimismo por el principio de no se violen la libertad de los demás. Sin embargo, la libertad, después de la vida misma, está considerada como el valor humano más preciado, estrechamente vinculado a la dignidad humana y a la valía de la vida humana. La consecución de la libertad en sus diversos aspectos ha inducido a muchos pueblos a tratar de liberarse de la dominación territorial o geográfica. La búsqueda de la libertad espiritual e intelectual ha inducido a actos heroicos de resistencia. En el plano personal, el liberarse de las emociones propias puede producir paz y armonía. A menudo los trabajadores sociales están en la vanguardia de la lucha por la libertad. En las partes del mundo en que la libertad no existe, pagan un elevado precio de represión en la lucha por sus ideales.

3. La igualdad y la no discriminación

46. El principio fundamental de la igualdad de todos los seres humanos se enuncia en el artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Sin embargo, ese principio se aplica imperfectamente en la vida diaria, sobre todo en los múltiples aspectos de las relaciones interpersonales. Para los trabajadores sociales es un concepto decisivo en sus actitudes personales y profesionales. Es también la piedra angular del importantísimo principio de la justicia, que requiere una seria consideración de la igualdad y la desigualdad justas e injustas, basadas en factores biológicos, necesidades psíquicas, sociales, culturales y espirituales, y en las contribuciones individuales al bienestar de los demás.

47. Una vez aceptado el principio de la igualdad, resulta imposible discriminar contra cualquier persona o grupo de personas. De hecho, la no discriminación se basa en los principios gemelos de la igualdad y la dignidad. Supone también la totalidad del ser humano, ya que la discriminación define a una persona por aspectos concretos, sean de sexo, raza, color, religión o de otra índole. La discriminación puede reducir a un ser humano a una función, una cualidad o una opinión, de modo que no se percibe ya a la persona en su diversidad y totalidad singulares.

48. Cabe decir que la discriminación es la negación de los derechos fundamentales y universalmente aceptados de todos los seres humanos a personas o grupos de personas a los que se excluye. La discriminación adopta formas diversas. Los motivos de discriminación establecidos en todos los instrumentos internacionales pertinentes, "sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición", no son exhaustivos. En un mundo en evolución aparecen constantemente nuevos motivos de discriminación (por ejemplo, la preferencia sexual, la infección con el VIH/SIDA), al mismo tiempo que se reconocen otras libertades, se suscitan problemas, y las innovaciones tecnológicas y de otra tipo introducen cambios en los estilos de vida y las formas tradicionales de trabajo. El principio de la resistencia a esos nuevos motivos de discriminación significa que los trabajadores sociales tienen que estar continuamente al tanto de sus propias creencias, actitudes y motivaciones.

4. La justicia

49. Hay que tener en cuenta diversos aspectos de la justicia: aspectos jurídicos, judiciales, sociales, económicos y otros que son el fundamento de una sociedad que defiende la dignidad de sus miembros y garantiza la seguridad y la integridad de las personas. En sus instrumentos internacionales, las Naciones Unidas han aportado principios valiosos y compromisos vinculantes contra la privación arbitraria de la libertad y la injerencia en la vida privada, entre otras cosas, y para la protección de la ley. En los casos de infracción de la ley, hay que garantizar a las personas un juicio sin demora y con las debidas garantías, por una autoridad judicial objetiva. Si son declaradas culpables, tienen derecho a un trato humano, cuya finalidad sea la reforma y la readaptación social del individuo. En todos los instrumentos internacionales, se subraya la importancia de un poder judicial independiente.

50. Los trabajadores sociales promueven esos principios desde hace tiempo y tienen conciencia de que un Estado respetuoso de las leyes es el que mejor defiende los derechos humanos. La imparcialidad en la administración de justicia es un medio importante de salvaguardar los derechos de los miembros vulnerables de la sociedad que constituyen la mayoría de los clientes del trabajo social.

51. Pero la búsqueda de la justicia también tiene repercusiones más amplias y menos fáciles de codificar. La justicia social comprende la satisfacción de las necesidades humanas básicas y la distribución equitativa de los recursos materiales. Se orienta al acceso universal a los servicios fundamentales en las esferas de la salud y la educación, la igualdad de oportunidades desde el principio, la protección de las personas o los grupos desfavorecidos, y una cierta moderación en las esferas de la retribución, el consumo y los beneficios.

52. Los reformadores sociales -entre ellos, los trabajadores sociales- que comparten el deseo de que haya más justicia, consideran la justicia y la justicia social como la principal defensa contra la opresión en todas sus formas y como la base para una forma de desarrollo humano más equitativa.

5. La solidaridad

53. La solidaridad es otro valor intrínseco fundamental que no implica sólo la comprensión del dolor y los sufrimientos de la humanidad y la empatía por ellos, sino también la identificación con quienes sufren y la defensa de su causa. De los trabajadores sociales no se espera sólo que estén al lado de los que luchan, sino que expresen también su solidaridad con palabras y hechos frente a cualquier forma de negación de los derechos políticos, civiles, sociales, económicos, culturales o espirituales de las personas. La solidaridad puede ir más allá de los individuos y extenderse a familias, grupos, comunidades, poblaciones y grupos raciales o étnicos enteros. Los trabajadores sociales profesionales deben solidarizarse con las víctimas de violencias, torturas, expulsiones o recortes de libertades, en todo el mundo.

54. De igual modo, la solidaridad puede manifestarse en los desastres naturales y es esencial en muchas tragedias surgidas de la necesidad, la injusta distribución de los recursos, el abandono social y la injusticia. La pobreza, el hambre, la falta de un hogar y la negación de los medios de subsistencia son, quizá, algunas de las violaciones más graves de derechos humanos, aunque no se las reconozca siempre como tales. La solidaridad resulta tanto más necesaria en esas condiciones aparentemente menos espectaculares, en las que los sufrimientos son igual de intensos pero, pese a afectar a muchos, están ocultos y pasan inadvertidos. En resumidas cuentas, la firme actitud de los trabajadores sociales y de muchos otros al lado de los que padecen y de los que son víctimas de violaciones de derechos humanos es lo que puede representar la diferencia, al reforzar la resolución de los que padecen y mitigar su aislamiento.

6. La responsabilidad social

55. La responsabilidad social es la acción emprendida en pro de quienes sufren y de las víctimas: defenderlos, abrazar su causa y ayudarlos. Por ello, podría decirse que la responsabilidad social es el corolario práctico de la solidaridad. Casi todas las tradiciones religiosas y filosóficas han sostenido que las buenas intenciones y las buenas palabras tienen que ir acompañadas de buenas obras. Casi todas las religiones dicen a sus fieles que los "privilegiados" tienen obligaciones para con los desfavorecidos. El término "privilegio" no implica riqueza, sino que es relativo y puede entenderse que denota una situación particular más afortunada que la de los desfavorecidos. La expresión "responsabilidad social" encierra también el concepto de "ser depositarios", en el sentido de que todo lo que tenemos se nos ha confiado para que lo compartamos con otros y lo utilicemos a su servicio. El concepto de "ser depositario" va más allá de la distribución de la riqueza y significa utilizar y dedicar el talento intelectual y la capacidad potencial de cada uno al logro del progreso de la humanidad. El principio de la responsabilidad social es decisivo para una profesión como la del trabajo social, porque servir a los pobres y necesitados y dedicarse a ellos son su razón de ser.

7. Evolución, paz y no violencia

56. Los valores y los principios mencionados hasta ahora no son sólo valores esenciales en los que se basa el concepto de los derechos humanos, sino también factores determinantes de la calidad de las relaciones interpersonales. La paz, como valor bien determinado y no simplemente como ausencia de conflicto organizado, es un valor más. Debe ser buscada y alimentada, con el objetivo final de lograr la armonía consigo mismo, con los demás y con el medio ambiente.

57. Los conflictos en las relaciones humanas son inevitables, pero las formas de resolverlos pueden ser pacíficas o violentas, constructivas o destructivas. El revolucionario "destruirlo todo para edificar de nuevo" ha fascinado a mucha gente desde hace siglos, invariablemente a costa de sufrimientos humanos impuestos e indecibles. El método evolutivo es más lento y, a menudo, menos rentable inmediatamente, pero en definitiva más duradero y, por consiguiente, más eficaz. Es un método que a menudo eligen los trabajadores sociales para resolver conflictos interpersonales e intergrupales. No se evitan los enfrentamientos ni la resistencia en la búsqueda de la libertad, la justicia y la justicia social; lo que se evita es la violencia.

58. La Historia ha demostrado una vez tras otra que la violencia y el derramamiento de sangre producen resultados de corta duración y allanan el camino a nuevas revoluciones para derrocar a los grupos que se han hecho con el poder, que son los oprimidos de ayer. El odio engendra odio y la venganza engendra venganza. Una firme resistencia o una presión no violenta, en cambio, puede obtener resultados más duraderos.

59. Aunque el mundo no está dispuesto a abandonar el uso de las armas e indudablemente existen causas justas para las revoluciones, debe reconocerse que el arbitraje y la conciliación son instrumentos eficaces para superar diferencias en apariencia irreconciliables, siempre que se apliquen con coherencia, respeto, comprensión y conocimiento de causa.

60. La evolución pacífica sigue siendo el objetivo del esfuerzo humano para alcanzar la libertad, la justicia y la justicia social, en un mundo en el que los conflictos pueden resolverse por medios no violentos.

8. Relaciones entre la humanidad y la naturaleza

61. El respeto por otras especies y la búsqueda de la armonía con la naturaleza están empezando a impregnar la conciencia humana en vísperas del siglo XXI.

62. La degradación ambiental es demasiado evidente para no hacer caso de ella. Se reconoce que el orden económico mundial, unos modelos de desarrollo defectuosos, la desigualdad con respecto a todos los recursos, la contaminación nuclear, industrial y de otra índole, y las pautas de consumo de los países industrializados y de los países en desarrollo son las causas de la difícil situación de la Tierra. Un consumismo excesivo y una pobreza extrema ponen en peligro a la naturaleza y a los grupos vulnerables por culpa de la codicia, la falta de información y la necesidad de sobrevivir.

63. Hay que complementar las políticas generales encaminadas a detener y, cuando sea posible, reparar los daños causados al medio ambiente con programas generales de educación ambiental, tanto oficiales como oficiosos, así como campañas de defensa. Los trabajadores sociales tienen una importante función que desempeñar en ese proceso al enlazar con otros grupos y tienen que adquirir conciencia de ese importantísimo desafío para la humanidad y su hábitat.

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